Desde
que fuí consciente de a qué me quería dedicar, siempre tuve claro
que deseaba hacer moda o arqueología. Pero una cosa son las
espectativas que se tienen cuando se es niña y otra muy diferente es
qué elegir, casi sin tiempo, a los 18 años.
Escogí
hacer Arquitectura de Interiores, una carrera creativa que me aportó
comprender y entrar en el mundo del diseño.
Me
especialicé en escenografía y vestuario y comencé, de forma
vocacional, a realizar proyectos para teatro y cine, hasta que se me
concedió una beca para estudiar en la Universidad Politecnica de
Moda de Madrid.
Esto
me brindó la posibilidad de profundizar en el conocimiento de la
indumentaria a través de los tiempos, los tejidos, los tintes... y
cómo la moda refleja y transmite la personalidad y emociones del
indivuduo.
Durante
varios años trabajé de forma permanente como figurinista en
proyectos en disntintas compañias nacionales y alternativas.
Estar
en contacto con el arte escénico, crear para el espectáculo, teñir,
ambientar, coser y tranformar las prendas, me hizo preguntarme qué
pasaría si transmitiese esta experiencia hacía la calle.
Y esta idea no hizo más que avivar
mi auténtica vocación: la moda.
Así
comencé, con mucho miedo y entusiasmo a partes iguales, en una
academia de Alta Costura en Madrid... et voilà!
Sencillamente,
creo que podría resumirlo en una frase que digo siempre: "Me
da la vida".
Y
he aquí mi decisión de empezar a diseñar vestidos a medida y
arreglar prendas vintage a la gente que tenía a mi alrededor. Casi
sin darme cuenta empezaron a llegar encargos y comencé a diseñar
mezclando mis dos mundos, la moda y la historia.
La
moda vintage es historia viva, historias que se siguen contando,
historias a las que aportamos nuestras propias vivencias y emociones.
Con
esta filosofia nació Laura Escribano, una firma de moda, que
realiza:
-Prendas
únicas a medida con fragmentos del pasado, como encajes, pedrería y
textiles antiguos.
Nuestro interés es llegar a
mujeres que buscan contar su propia historia a través de su ropa y
complementos, rescatando el pasado y siguiendo dándole
protagonismo.
Porque,
al fin y al cabo, todos narramos nuestra propia historia.
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