La Cerería Subirà lleva 251 años iluminando Barcelona, lo que la convierte en el establecimiento del Barrio Gótico más antiguo de la capital catalana.
En sus inicios vendían cirios y velas hechas artesanalmente para iglesias, pero con el paso de los años aumentaron su oferta con una gran variedad de productos para todos los públicos, como candelabros o candelas con diseños novedosos.
Barcelona reúne un gran número de tiendas centenarias que han ido relegando su propiedad entre generaciones. La Cerería Subirà es una de ellas, la cerería más antigua de las que hoy quedan en Barcelona y se encuentra en la calle Baixada Llibreteria número 7, justo delante de la también antigua Bombonería La Colmena. Este tipo de comercios ha visto como las grandes marcas han ido convirtiéndoles en diminutos refugios de negocio de productos muy especializados cuyos beneficios en ocasiones no permiten la supervivencia.
Al adentrase en el establecimiento parece que la máquina del tiempo haya transportado el presente dos siglos atrás. La decoración y el aire rococó de la escalinata que domina el espacio no pasan desapercibidos. Los compradores y vendedores se mueven por la tienda cual peones en un tablero de ajedrez, ya que las baldosas negras y blancas hacen que parezcan estar dentro del juego.
El propietario, Jordi Subirà (Vic, 1936), con actitud entrañable y afectuosa, es testigo de cómo su familia adquirió el negocio. Recuerda y conoce toda la historia de la cerería y cuenta orgulloso como el lugar ha ido evolucionando con lo que es hoy en día. En la actualidad, este artesano catalán es también presidente del Honorable Colegio de Cereros de Cataluña, cargo que luce con honor. Subirà sale del desván de la tienda para explicar su historia a quienes desean oírla. Al pedirle una breve presentación de sí mismo, responde: “Soy Jordi Subirà i Rocamora, tengo 76 años y mi profesión es cerero”.
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